martes, 16 de octubre de 2012

0 Malí, el país invisible.

Los medios de comunicación, en alguna página sobrante o hueco televisivo, informan con una precisión cuestionable del conflicto que actualmente tiene lugar en Malí. Un lector medianamente informado puede entender de manera fácil lo que ocurre en el país africano. Un grupo de rebeldes tuareg, del Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA) proclamó el pasado mes de abril la independencia de este territorio situado al norte de Malí. Si el ciudadano es curioso se habrá interesado por hacer un seguimiento del conflicto, por lo que sabrá que la situación no ha sufrido una pasmosa evolución. Los rebeldes siguen acomodados en el norte, sin intención de ceder ni aliarse con AlQaeda. La posibilidad de una intervención militar africana está siendo valorada, pero se estima que puede causar una matanza sin precedentes.

Pero lo que el lector de periódicos no sabe es lo que se oculta más allá de este conflicto aparentemente sencillo de comprender. Los medios de comunicación no dan cuenta de la situación que están viviendo los malienses y las dificultades en las que se encuentran. Es necesario tener en mente que estamos hablando de un país africano que, salvo raras excepciones como Sudáfrica, sufren las consecuencias de una extrema pobreza. Pero aquí cabría preguntarnos: ¿cómo es posible que Malí, siendo un territorio tan rico, sea un país tan pobre?

Malí es un territorio extremadamente rico en recursos naturales, desde el oro hasta sus inmensos arrozales. Pero, paradójicamente los malienses consumen el arroz industrial de Oriente. Quizá la razón debamos buscarla en el control tanto político como económico que Francia ejerce en la región. Durante los años noventa, el FMI impulsó en este país la producción a gran escala de algodón, a la vez que el mercado mundial redujo sobremanera el precio de este producto. Esta especulación endeudó al Estado. Lo mismo ocurrió con sus explotaciones mineras, compradas a los campesinos por una cantidad ridícula.

Esta reducción de la riqueza efectiva de Malí conlleva una insuficiencia a la hora de la resolución de problemas como en el que ahora se encuentra. Al conflicto norteño se le unen las inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales y el incremento del precio de los alimentos. Conseguir alimentos básicos se ha convertido en una tarea difícil para muchos habitantes de diversas regiones por los elevados precios. Las lluvias también han hecho sus estragos en los campos de cultivo y ha causado alrededor de 4.000 víctimas. Durante la actual estación lluviosa, además, se ha registrado un incremento de casos de malaria. ¿Quién informa de estos datos a parte de las ONG?

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